
No importa si eres nuevo en el mundo de los piercings o un veterano. Cuando perforas tu cuerpo con agujeros y adornas esos agujeros con joyas, en algún momento, habrá hinchazón.
Por supuesto, se espera cierta hinchazón. Sin embargo, si no se controla, esa hinchazón puede ir a peor, por lo que es innegociable seguir las instrucciones de cuidados posteriores que te proporcione tu perforador profesional.
También es imprescindible que sepas qué hacer en caso de hinchazón excesiva e infección.
La hinchazón leve o moderada del piercing puede reducirse tomando un antiinflamatorio no esteroideo, colocando una bolsa de hielo en la zona o aplicando suavemente una solución de sal marina en la herida un par de veces a la semana.
¿Por qué se me hincha el piercing?
Hay varias razones por las que tu piercing nuevo o viejo se está hinchando. El primer paso que tienes que dar antes de reducir la hinchazón es tratar el problema que causó la hinchazón en primer lugar.
Una vez que sepas por qué, tendrás una mejor idea de los pasos a seguir para remediar el problema. A continuación se enumeran las principales razones de la hinchazón de los piercings:
Es un piercing reciente
Es perfectamente normal experimentar algo de hinchazón y enrojecimiento después del piercing. Recuerda que los piercings son una herida abierta y la hinchazón es la reacción natural de tu cuerpo al daño.
Aunque la hinchazón de un piercing reciente suele desaparecer en pocos días, para algunos puede durar hasta una semana o más.

Se irrita
Obviamente, una oreja recién perforada u otra parte del cuerpo se irritará.
Sin embargo, mientras se está curando o incluso si se trata de un piercing ya curado, sigue siendo vulnerable a la suciedad, los residuos y la acumulación de diversos productos y los aceites de tu piel o cabello.
También es vulnerable a quedar atrapado en el pelo, en la ropa o a recibir un golpe accidental.
Si notas que tu piercing está un poco hinchado y sensible al tacto, podría irritarse al recoger uno o más de los irritantes mencionados anteriormente.
Está infectado
Si tu piercing está infectado, se sentirá algo más que irritado. Aunque, es importante tener en cuenta que la irritación puede ser el primer signo de una infección, por lo tanto, usted querrá controlar el sitio de perforación de cerca si parece irritada.
Los otros síntomas de una infección incluyen:
- Enrojecimiento e hinchazón
- Sensibilidad y dolor de leve a agudo
- La zona del piercing se siente caliente al tacto
- Desgarros o laceraciones
- Secreción de líquido y pus
- Fiebre, escalofríos, malestar estomacal (en casos extremos)
Por supuesto, algunos de estos síntomas, como el enrojecimiento, la hinchazón, la sensibilidad y la secreción de líquido, se solapan con lo que es típico de un piercing nuevo.
No obstante, hay formas de discernir entre ambos.
Por ejemplo, si experimentas enrojecimiento, hinchazón y sensibilidad después de una semana de tener tu nuevo piercing, es una indicación de una infección.
Además, mientras que es normal que los nuevos piercings rezumen una secreción incolora e inodora, la secreción infecciosa será amarilla o verdosa.
También olerá debido a las bacterias que están causando la infección.

Te has dormido encima
La mayoría de la gente no se da cuenta, pero nuestra cabeza pesa bastante. Por eso se dice que hay que evitar dormir sobre un piercing reciente.
El peso de la cabeza puede hacer que el piercing se mueva, lo que provocará enrojecimiento, hinchazón y, muy probablemente, un chichón.
Está migrando
A veces tu cuerpo dice no a los piercings. Cuando tu cuerpo rechaza un piercing, comenzará a empujar la joya del piercing hacia la superficie de tu piel, lo que también se conoce como migración.
A partir de ahí, tu piel se abrirá para dejar salir el objeto extraño. Sin duda, esto provoca hinchazón e irritación, lo que puede provocar una infección.
Cómo reducir la hinchazón
En primer lugar, si usted está experimentando los signos más graves de una infección, usted necesita ver a un médico de inmediato.
Para la hinchazón y la irritación normales, aquí hay algunas opciones que puede considerar para lograr el alivio:
- Aplicar una bolsa de hielo en la zona inflamada sólo hasta que sientas que el dolor disminuye
- Tomar un antiinflamatorio no esteroideo, como la aspirina
- Limpia bien tu piercing con un jabón suave, antibacteriano y sin perfume
- Prepara un remojo de sal marina mezclando agua tibia con sal marina, empapando una bola de algodón en la solución y manteniéndola sobre el piercing. Esto ayudará a eliminar las bacterias y a limpiar la herida
Asegúrate de limpiar tu piercing de forma rutinaria y a fondo para evitar una infección bacteriana.
También se recomienda realizar un remojo con sal marina un par de veces a la semana para un lavado extra, especialmente si el piercing es reciente.
Pensamientos finales
Esperemos que la única hinchazón y molestia que tengas que experimentar sea la que se produce en el territorio del piercing fresco.
Recuerda que siempre debes cuidar bien tus piercings, incluso después de que se hayan curado, para evitar cualquier problema de infección o cicatrización.
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